La artista y arquitecta Rinat Izhak y la creadora y bailarina Natalia Jiménez Gallardo se unen para crear una performance en torno a los valores y los componentes que rodean a la maternidad, como base de la creación en la naturaleza y en la humanidad. Esta performance es un proceso depurativo colectivo, trayendo a la luz lo que está en la oscuridad, integrando las polaridades.En esta acción se plantea un viaje íntimo hacia las zonas que se mantienen ocultas o silenciadas en la memoria del cuerpo.Toda la instalación sugiere el despertar de esas memorias del cuerpo e invita al observador/a a despojarse de su silencio y poner voz con otras voces y sus experiencias.